La dulzura del gris en la habitación de tu bebé
¿Alguna vez os habéis planteado apostar por la dulzura derivada de la gama cromática de grises para la habitación de vuestro bebé?
Aunque tradicionalmente el gris es un color carente de fuerza y asociado a la tristeza y melancolía, se trata de una base neutra que puede combinar a la perfección con casi cualquier tono, y a la vez aporta un ambiente apacible y delicado, en función del brillo e intensidad elegido dentro de su gama.
Con sus distintos matices; gris ceniza, bohemio, marengo, perla, plomo…, en estos últimos años ha venido pisando con fuerza y ganando terreno a los beiges como tonalidad para incorporar en el diseño de la habitación de nuestros dormitorios infantiles.
Gris lleno de dulzura para la habitación de tu bebé
Un factor clave a la hora de considerar la introducción del gris en nuestro espacio, es la elección de un papel pintado de alta calidad y diseño cuidado, que combine, por ejemplo, el gris perla muy claro con el blanco. Esto confiere a la habitación muchísima luminosidad, pulcritud y dulzura. A la vez conseguiremos ampliar visualmente el espacio del que dispongamos.
Rayas anchas o estrechas, animalitos o las estrellas tan de moda…cualquier motivo en gris sobre fondo blanco, o a la inversa, aporta un aspecto tierno y a la vez muy actual.

Si combinamos estos grises con tonos suaves y empolvados como el rosa palo, azul serenity o verdes muy pálidos en los complementos, conseguiremos transmitir una atmósfera de sosiego y suavidad muy adecuada para la habitación del bebé.
La paleta de grises es muy extensa, y los grises medio y más oscuro, introducidos en paredes o en mobiliario y bien combinados, funcionan muy bien para los dormitorios de nuestros niños.
Lejos de los típicos elementos de mobiliario lacados en blanco, observamos piezas en tonos gris medio y más oscuro que le dan un toque sobrio, elegante y diferente al espacio.
Una tendencia muy actual es pintar una de las paredes de nuestro dormitorio con pintura de pizarra en un tono gris marengo o negro, que incrementará la profundidad espacial y aportará un aire mágico y creativo que a los pequeños les encanta.
Los tonos vibrantes los podemos introducir en los complementos, si queremos aportar un acento de color a la estancia, y prácticamente cualquier tono que elijamos combinará a la perfección con nuestra base gris.
Puro, delicado y apacible…el color gris transmite sentimientos de calma y ternura, y, a la vez, resulta contemporáneo.
Una elección muy acertada para el dormitorio de nuestros pequeños.
La verdad que el gris es un color muy dulce y apto para habitaciones de bebés. Al igual que el color beige. De esta forma nos sirve el cuarto tanto si es para una niña como para un niño.
Saludos
Rosario